Sol Inzunza Barra es artista multidisciplinar de la escena teatral. Desde el 2011 trabaja en la Patagonia chilena y hace seis años dirige la Compañía de Teatro Huevo. Ha escrito y adaptado obras de teatro para públicos diversos, valorando el patrimonio natural y cultural de Aysén, y abordando temáticas pertinentes a este territorio. El año 2023 publicó una antología dramatúrgica ilustrada de cinco obras de la Compañía de Teatro Huevo. Autora de la música de la mayoría de sus obras teatrales. Ganadora del premio de Composición Musical para la Infancia (2016) con el tema «Yo» de la obra de teatro «Cali». Ha lanzado dos discos, uno creado para la obra «Niña Deviento a Tierra» y otro que reúne la música de cuatro obras, llamado «Huevo Revuelto» y que fue nominado a los Premios Pulsar el año 2023 en la categoría Mejor Música para la Infancia. Directora de distintos trabajos audiovisuales, como la web serie «Encierro Capital», realizada en pandemia y diferentes videos clips de la música de sus obras. Actriz desde el año 2000. En la Compañía de Teatro Huevo: «La mujer de las 7 capas», «XX persona», «El país de las maravillas», «Juan y Margarita», entre otras.

¿Qué reflexiones tienen respecto al hacer teatro desde regiones australes?¿qué implicancias tiene en sus prácticas artísticas?

Hacer teatro desde y para el territorio austral es desafiante en varios aspectos. En primer lugar, solo existe un espacio medianamente equipado en toda la región para poder presentar «obras de sala», que por su complejidad técnica solo pueden exhibirse ahí, lo que restringe la posibilidad de llegar a otras comunas. Por otra parte, las obras que sí pueden itinerar tienen altos costos, aunque sean adaptables a espacios no convencionales, dado que los gastos de operación para llegar a lugares más lejanos, evidentemente son elevados, entendiendo la configuración geográfica de nuestra región. Esto de cierta manera se replica, en términos de la dificultad para salir de Aysén a otras regiones o países. No es fácil, pues somos un equipo numeroso con muchas obras con harta escenografía y utilería pesada que además ocupa espacio considerable. En este sentido, no me resulta mucho ser minimalista o práctica en mis creaciones, es algo que tengo que aprender. De todos modos, creo que el desafío más grande es ampliar los públicos a las experiencias artísticas, y esto pasa por necesidades e intereses del sistema en general, que aún no integra este ámbito al cotidiano, porque no le parece importante.

¿Qué significa para ustedes, en su trabajo, la idea de cuadros animados?

En términos generales, cuando dirijo teatro, un ojo está puesto en el ritmo y la música del todo, es decir, en las secuencias físicas y sonoras de l@s intérpretes, cambios lumínicos, de escenografía y musicales; y otro ojo está atento a la visualidad de cada momento, es decir, a cada cuadro de la obra. Esto último se asocia a la idea de «cuadro animado», que sitúa cada escena como una pintura con su propia materialidad, dimensión, estilo, color y atmósfera. Cada cuadro es radical en ello y luego se «anima», porque vive a través de l@s intérpretes, pero siempre comienza desde una fotografía, con una composición visual que se deconstruye y construye muchas veces.

¿Cómo integran la mediación en sus procesos de creación y montaje?

Integramos la mediación de diferentes formas. Últimamente, en los proyectos que incluyen estudiantes, contemplamos la visita a los establecimientos educacionales antes de llevarlos a ver nuestras obras al Centro Cultural de Coyhaique. Esto es muy positivo, pues los introducimos en las temáticas implicadas y también en el oficio teatral, un mundo generalmente desconocido. Después de esta instancia la asistencia al teatro adquiere otro valor, pues existe una vinculación anterior. Después de la función también realizamos un conversatorio guiado que abre el diálogo hacia nuevas interrogantes y reflexiones. Es un trabajo bastante completo. Una vez complementamos esto con un cuadernillo pedagógico en la obra «Estado de Sitio». Esperamos seguir haciéndolo. Recientemente, probamos una iniciativa que se relaciona con la mediación y es la muestra de fragmentos teatrales con actividades recreativas y educativas, en torno a la escena. Funcionó muy bien. Lo bueno es que contamos con productos artísticos en distintos formatos para trabajar y abordar temáticas diversas de acuerdo a la obra: texto con ilustraciones, música, videos clip, además de las obras de teatro.

¿Cómo ha sido el trabajo en las instalaciones del Centro Cultural Municipal de Coyhaique?

Estamos muy agradecid@s de este espacio. Nos han acogido muy bien y creo que l@s funcionari@s han podido conocer de manera más cercana las implicancias de nuestro trabajo. Si bien nos han facilitado una sala en la que hemos podido ensayar y bodegar una parte de nuestras obras, es importante avanzar a un espacio acorde a nuestras necesidades, con mayor autonomía, donde podamos albergar todas nuestras escenografías, vestuarios y utilerías; donde podamos ensayar con las luces instaladas; donde podamos hacer trabajos de carpintería y de maestranza; donde podamos tener una oficina para todo el trabajo administrativo, de gestión y difusión de lo que hacemos.
De todos modos, se ha generado una linda vinculación con el Centro Cultural de Coyhaique y creemos en la colaboración mutua para seguir desarrollando nuestro trabajo que activa este espacio en cada proyecto e iniciativa que realizamos.

¿En qué proceso de trabajo se encuentran actualmente?

Actualmente, estamos cerrando un proyecto de creación audiovisual con el estreno de dos videos clip, y estamos planificando el año con funciones y mediaciones artísticas de 7 obras de la Compañía. El sábado 9 de marzo les esperamos a las 18:30 en la función de  «La mujer de las 7 capas». Esta obra es para adult@s y se presentará en el contexto de la conmemoración internacional de la mujer. Para más información de lo que hacemos pueden seguirnos en nuestras redes, en Instagram,  Facebook y TikTok como @teatrohuevo y en nuestro sitio web www.teatrohuevo.com